Mes: marzo 2011

  • La decisión

    Hace algunos años, un editor (de cuyo nombre no quiero acordarme) me dio la oportunidad de convertirme en escritor full time. Eso sí: puso sus condiciones, que en resumen consistían en escribir lo que él me fuera dictando. Share

  • Hitchcock y los otros

    Hay un libro que suelo releer a menudo. No como los políticos. Yo lo releo de verdad (no tanto como mi amigo Albert Prats, pero lo releo). Es el mítico “El cine según Hitchcock”, de François Truffaut, donde el francés charla con el británico de pelis, arte y curro creativo en general. Share

  • Mi primer robo

    Mi primer robo

    El niño de la derecha soy yo, con seis o siete años. El de la izquierda es el cosinet Jaume, pero pasad de él y concentraos en mi mano: en efecto, estoy a punto de robarle un caramelo a Su Majestad, Melchor de Oriente. ¡Dios, robarle a un Rey Mago, lo más grande de la infancia! No…

  • El móvil

    Ya es oficial: durante los próximos 18 meses seguiré sin existir realmente como ser civilizado, es decir, sin tener Iphone. Share

  • Unplugged

    Once y treinta y cinco de la mañana. Acabo de escribir el titular, “Ideas para la reunión de mañana”, cuando plas: se va la luz. Bah, será un momento, pienso. Doce y diez. Llamo a la compañía. Me garantizan que antes de 90 minutos estará solucionado. Doce cincuenta. Decido bajar a la calle a buscar…

  • El plasta

    Llaman a la puerta. Abro sin preguntar quién es, pensando que será mi hija, y me encuentro frente a un  treintañero alto y flaco con traje y corbata oscuros. Ha ensayado unas mil veces su sonrisa ante un espejo hasta quedar completamente satisfecho de sí mismo. Buenas tardes, dice, impostando la voz como un galán…

  • Cruce de disfraces

    Cruce de disfraces

    Uh, qué miedo. Han pasado dos días y sigo sin reconocerme. La verdad es que lo pasé genial en la rua de Premià. La gente me miraba con complicidad (como diciendo: tío, sé de qué vas, he visto la peli), algunos me hacían fotos, la mayoría se reían. Menos un crío  gordito que iba vestido…

  • ¿Imperfectos? Sí, gracias.

    Qué suerte que Dios, en su infinita sabiduría, se lo pensara mejor en el último segundo y decidiera no crearnos a su imagen y semejanza, sino dejarnos más a la tuntún, al libre albedrío, distintos unos de otros. Así resulta más entretenido. Sí,  ya sé que una humanidad clonada del Ente Supremo sería algo impresionante,…