Así que…


Ah, vale. Ya lo entiendo. Así que todos estos días los del 15-M nos han estado engañando. Así que solo se hacían los mansos para caer bien a la prensa y para que tipos ingenuos y bobalicones, como Serrat,  dijeran que representan una bocanada de aire fresco para este país.Así que, en realidad, todos son un puñado de Rambos, Hombres-Lobo, malos de X-Men y Freddys Krueggers maléficamente programados para machacar a nuestros vulnerables políticos. Así que no hay mal que por  bien no venga, porque gracias a ese episodio de salvaje kale borroka (Artur Mas dixit, no Jaimito Borromeo) los medios de comunicación han vuelto, por fin, al redil con la cabeza gacha, echando pestes de los perroflautas  y criticando unánimamente que no hubiera más mossos y más contundencia a la entrada del Parlament. Así que bienaventurado el conseller de interior Felip Puig, que tuvo el pequeño desliz de no enviar lo que habría sido oportuno en un caso como este (mayor cordón policial, helicópteros con metralletas, dobermans entrenados para morder testículos de melenudo…), propiciando, así, que cayeran las máscaras de los  anti-sistema y las aguas volvieran a su cauce. Así que ya está, que el juego se ha acabado. Así que si un tío de uniforme reparte porrazos a lo loco se considera limpieza de espacio público, pero si uno de paisano pinta con espray la chaqueta de un político es un ataque frontal a la democracia. Perdón: la Democracia. Así que el periodismo moderno consiste en esto. Vale. Pues habrá que ir rompiendo el carné a trocitos muy pequeños, porque me temo que ya no sirvo para esto.

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