Querida anécdota:
Tú sabes que te tengo un gran cariño, y que siempre que me invitan a una radio, o me entrevistan en los papeles, aprovecho la más mínima excusa para contarte. Y lo hago sin inventarme nada y yendo al grano. Digo: “Allá por el 95 yo estaba en paro y le mandé una nota a Andreu que decía: “Hola. Tinc gana. Tens feina?” (Hola. Tengo hambre. ¿Tienes trabajo?) Y mi nombre y mi teléfono. Nada más. Ni un currículum. Ni un guión de muestra. Ni una foto mía fingiendo sostener la torre de Pisa. Y fue así cómo entré de guionista en El Terrat.” Fin.
Sabes que es así como te cuento. Pues bien: se me ha girado en contra. A alguna gente le ha dado de pronto por mandarme mails recordándome cómo conseguí mi actual empleo. Algunos se limitan a fusilar mi estratagema: “Hola, Pep. Tengo hambre. ¿Me consigues curro?” Otros desarrollan la teoría que si Andreu fue misericordioso conmigo, yo debo serlo con ellos (o, se supone entre líneas, me convertiré ipso facto en un cabrón despiadado).
Y me hacen sentir mal, querida anécdota. Tengo la membrana de la empatía muy desarrollada, como la mayoría de guionistas. Y entiendo que hay crisis, que se pasa fatal, que es un oficio donde cuesta mucho entrar y poco salir. Pero creo que es un poco injusto lo que me piden. En el 95 tuve mucha suerte, sí. Lo siento. Ahora trabajo. A veces demasiado. Me falta tiempo para todo, para dedicarme como quisiera a la familia, a mi nueva novela, a este blog. No puedo permitirme el lujo de, además, hincharme a leer currículums, propuestas de gags, quedar en Barcelona con desconocidos para tomar un café. Seguro que son grandes personas. A lo mejor, en otras circunstancias, podríamos incluso ser amigos. Pero yo tengo unos plazos de entrega de guiones y acostumbro a respetarlos porque, si no, tarde o temprano me encontraría como ellos, buscando trabajo desesperadamente. Eso sí, dudo que recurriera al chantaje emocional.
En cualquier caso, querida anécdota, la presente es para comunicarte que, en defensa propia, y desde este preciso instante, dejo de contarte.
Te querré siempre,
Tu Pep.
0