Una noche jodida. Sueños raros e inconexos, regusto agrio al despertar. A las ocho miro el reloj y resulta que llevo cuatro horas contemplando la pantalla del ordenador, como un capullo, sin que haya escrito ni una triste línea que merezca ser salvada. Share
0La multa
Salgo de la farmacia (donde he permanecido un minuto y medio escaso) y lo primero que distingo es la sonrisa lobuna, ligeramente sádica, del policía municipal junto a mi coche subido en la acera. Me acerco y le digo: -Perdone… Él se lleva la mano a la culata del revólver de reglamento y mueve la… Seguir leyendo La multa
1