Categoría: CUENTOS

  • El erizo gilipollas (fábula moral)

      Cuenta el sabio Salomón Guilapo que estando Joe, un erizo de setenta kilos y pico, durmiendo boca arriba, despertó de golpe y, al tratar de incorporarse, descubrió que la había cagado y bien, pues las aceradas púas de su espalda le mantenían inmovilizado en el suelo. -¡Joder, qué burro soy! -pensó en voz alta-.…

  • La muerte anunciada

    Cuando tenía catorce o quince años (iba al Instituto) soñé que un desconocido me apuñalaba en el estómago. Nunca olvidaré su cara. Sus ojos diminutos y malignos, su sonrisa mientras se acercaba parsimoniosamente con el cuchillo en la mano izquierda (era zurdo, recuerdo que ese detalle, absurdamente, me distrajo un instante durante el sueño). Su aliento a…

  • Y yo sin saberlo

    Y yo sin saberlo

    Voy por la calle pensando en mis cosas y, de pronto, un cincuentón (barbudo, gafas de sol, barriga cervecera, no lo he visto en mi vida) se me planta delante y me dice: -Tú eres Bras, ¿verdad? El de Exemplar gratuït. Tío, tú inventaste el Twitter.  Tardo unos segundos en comprender que habla en serio. Le digo que si hubiera inventado…

  • El descubrimiento de Sión (cuento de navidad)

    Mi abuela Sión nació en Guanxuma, una diminuta aldea de la isla brasileña de Ilhabela donde el progreso apenas había llegado. Al cumplir siete años, por una serie de circunstancias que no afectan a este relato, se mudó al esplendoroso París de 1920. Hubo tres cosas que la impresionaron. La primera fue la ciudad en…

  • Qué cuento tienes

    El día que estrené la sección «Qué cuento tienes» en «A vivir que son dos días» de verano (Cadena Ser) , Lourdes Lancho me preguntó si me había inspirado en la que hizo Paul Auster en la Radio nacional Americana (la que acabó dando como fruto el libro de relatos «Creía que mi padre era…

  • La vida

    Al principio dormían siempre juntos, pero con los años Juan se fue volviendo más y más nervioso, y los ronquidos de su mujer lo despertaban cada vez un poco antes. Lo probó todo: se puso tapones en los oídos, tomó manzanilla con miel, valeriana, ansiolíticos justo antes de acostarse, pero nada funcionaba. “Despiértame si ronco”,…

  • Otro breve cuento idiota

    Un señor sueña que juega al golf en un green interminable. Después de tres días, tres noches y seis mil setecientos veintiocho golpes, consigue situarse a un palmo del hoyo con la banderita. Impulsa la pelota y comprueba, satisfecho, que desaparece bajo tierra. El señor se arrodilla, dispuesto a recuperarla, y entonces ve que no…

  • Un breve cuento idiota

    Un señor sale del Metro y decide comer en la terraza de una marisquería de moda. Se sienta farfullando en la única mesa que no está reservada, la que queda empotrada entre un buzón y un contenedor de residuos orgánicos. El señor espera unos minutos. Levanta el dedo índice. Se aclara la garganta y grita:…

  • La segunda oportunidad

    Hoy hace tres  años y tres meses que escribí el siguiente post: «Idea para un cuento a lo Richard Matheson: un matrimonio de cuarentones regresa a casa. Es tarde, la mujer se ha dormido y él conduce. Da varias vueltas a la manzana buscando aparcamiento, hasta que encuentra un hueco libre. Es muy pequeño, pero…

  • Señor Cros (fragmento)

    Al señor Cros le gustaban mucho los sábados por la tarde. Los sábados por la tarde –no todos, pero sí la mayoría-, Eva, su mujer, lo esposaba al radiador del salón. Esposado, desnudo, amordazado con cinta de embalaje y tumbado boca arriba sobre el parquet de haya flotante, el señor Cros se sentía un superhombre…