Llego diez minutos antes de empezar la peli y las dos adolescentes del asiento de atrás ya han empezado su charla:
-El tío va de enrollado pero es un perroflauta, tía.
-¿Un qué? Querrás decir iaioflauta.
-¿Qué? No lo pillo, tía.
-Iaioflauta. Son los viejos que van a las manis. Es iaioflauta, no perroflauta. ¿De dónde has sacado perroflauta, tía?
-Que te juro que se llama así, tía. Es otra cosa distinta. Los perroflautas no son viejos, son tíos que van rapados.
-No, tía. Eso son… ¿Cómo se llaman? Los que mataban judíos, pero de ahora, tía. Tienen otro nombre seguro.
-No, ya, bueno, estos que yo digo, rapados del todo no van. Llevan una parte rapada y la otra con el pelo guarro y con trenzas, de no lavarse, en plan hippy. Huelen asqueroso, tía. Perroflautas es eso.
Se apagan las luces y empieza la peli.
Acaba.
Me quedo clavado en el asiento durante los títulos finales.
-¿Te ha gustado? -oigo que le dice la Choni 1 a la Choni 2.
-Me ha encantado, tía. ¿A ti no?
-Es guay. Y no me lo esperaba, porque es tope larga y a mí las pelis largas como que paso, tía. Pero esta mola.
-Oye, creo que mis padres tienen el libro este por casa. Me lo voy a leer, tía.
-Guay. Oye, pásamelo cuando lo termines.
Que dos personajes así terminen hojeando (y tal vez leyendo, aunque yo diría que hay una probabilidad de uno entre un millón) a Scott Fitzgerald gracias a una peli ya es motivo suficiente para no meterse con Baz Luhrmann. Y si visionario quiere decir eso, bienvenido sea el término.
En serio.
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Una respuesta a “Gatsby y las chonis”
Tens tota la raó… el que passa es que segur que la «choni» que ha comentat que els seus pares tenien el llibre per casa s’ha confós i segur que es algun llibre de receptes d’aquests que son un totxo i que deu portar per títol «El Gran Chef»… segur!!