Normalmente me resisto a opinar públicamente sobre libros, porque intuyo que un libro es como el vino o como el sexo: el que a uno le gusta no tiene por qué gustarle a todo el mundo. Pero hoy hago una excepción. El “HHhH” de Laurent Binet es lo más fascinante que he leído en mucho tiempo. Puede que te digan: “Va del atentado contra Reinhard Heydrich, el monstruo que creó los campos de exterminio nazis”. Bueno, sí, va de eso. Pero no sólo.
Digamos que últimamente hay una evidente tendencia a devorar novela “histórica”. Así, entrecomillada. Yo lo respeto. La gente tiene poco tiempo para leer, y en vez de comprar un buen libro de historia y una buena novela opta por esa especie de 2X1 a medio camino, esos tochos de mil y pico páginas, cuantas más, mejor, que pululan por las secciones de best sellers y que pretenden insuflar algo de marcha a la aburrida Historia sin comillas, haciendo que un rey medieval que existió realmente hable como un terrateniente de culebrón. Por ejemplo.
No es el caso.
“HHhH” es un libro que contiene muchos otros en su interior, como las grandes obras de la historia de la literatura. Es una novela trepidante (cuando a Binet le da la gana apretar el acelerador, te agarra y no te suelta); es un impecable trabajo de documentación periodística; y es, sobre todo, un diario personal del auténtico prota, ese tal Laurent Binet, neurótico, inseguro, omnisciente, obsesivo, humano, que suda sangre mientras el proceso perfeccionista de su libro avanza al mismo ritmo que el lector. Acaba siendo, en definitiva, una de las radiografías más honestas que he leído sobre el acto de crear.
“De qué hablo cuando hablo de matar a Heydrich”, lo habría titulado Murakami.
Yo prefiero mil veces la versión de Binet.
0