Tenía dieciocho o diecinueve años y me tocaba hacer un papel de reportero loco en mi primera obra de teatro, “City Bang Blues”. En la acotación decía que el personaje tenía “unos cincuenta”. Y supongo que a la hora de disfrazarme pensé que a esa edad (que me quedaba aún tan lejana) tendría aproximadamente ese aspecto.
No acerté ni una.
Menos mal.
2