De verdad que no me entiendo. Ando todo el día quejándome del poco tiempo que tengo para todo: que si los guiones, la novela, la familia, el sexo, las carreras de motos con los ojos vendados… (¡Si apenas puedo ir al cine, y cuando voy escojo “Hannah”, qué horror!)
Pues bien: resulta que a la que tengo un segundo de respiro, en vez de simplificarme la vida, que sería lo más lógico, me la complico un poco más, como buen capullo calvo que soy. Esta mañana, por ejemplo, me ha dado por crear otra pestaña en mi web. Más trabajo. Menos tiempo. Se titula “El rincón de las novelas olvidadas”. Va de eso, de novelas que nadie conoce, pero cuya sinopsis me ha llamado la atención. Si os sobra un minuto, cambiad de pestaña y ya me contaréis
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