Mes: octubre 2010

  • Mario y el despertador

    Tema 1: Le dan el Nobel de literatura a alguien de nombre pronunciable y que, además, he leído. Esto es muy raro. A lo mejor representa el big bang de un nuevo mundo, y de pronto todo empieza a funcionar  al revés. Share

  • Chiste incompleto

    Chiste incompleto

    Esta es la imagen. Me falta añadirle las palabras: lo que puede estar diciendo el niño, lo que pone en el cartel de la pecera… Casi ná. Se admiten propuestas. Share

  • El fin de facebook

    Echo un vistazo al facebook y veo que Juan Cruz se ha instalado un programa de Lagsoft que permite saber (con nombres y apellidos) quién ha estado curioseando en tu perfil. Me apunto rápidamente, espoleado por el sádico instinto de “mirar por la mirilla”, como lo define sabiamente Eva Merseguer.  Share

  • El niño pollo

    El niño pollo

    La foto de arriba refleja uno de mis tres traumas infantiles causados por las monjas de Premià. No recuerdo haber pasado vergüenza en ese instante, pero la imagen está ahí, me reconozco en ella y, por tanto, es obvio que debería recurrir urgentemente al psicoanálisis para tratar de extirparme ese horror lovecraftiano del cerebro. Share

  • Pues no será por eso

    En uno de mis chistes favoritos de Eugenio, un amigo le pregunta a otro cómo lo hace para conservarse tan joven. -No discutiendo con nadie. -Hombre, por eso no será. -Pues no será por eso. No a todo el mundo le funciona. Share

  • Las preguntas de los niños

    Las preguntas de los niños suelen contener una película dentro. No todas las preguntas, me refiero a algunas. Y no necesariamente una película larga, puede que sólo dé para un corto. Y hasta aquí la introducción. Alba me preguntó una vez, cuando tenía cuatro años: “¿Papá, dónde duermen los ascensores cuando terminan de trabajar?”   Share

  • Mariscal en La Pedrera

    Visito con mi hija “Mariscal en la Pedrera” y disfruto viendo lo bien que Alba se lo pasa. Todas las exposiciones deberían de ser así: un disfrute para el visitante de cualquier edad. Estamos en el siglo XXI, amigos. Share